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¨año 2013 de la Era Cristiana, comienzo de la Nueva Era Maya basada en la matriz 20 x 13¨

lunes, 29 de junio de 2015

Llega el final de una Era dominada por el Ego


Las estructuras sociales tal como las conocemos, como las hemos conocido y vivido desde que nacimos, están tambaleando, se resquebrajan a pasos acelerados. Paradójicamente es muy similar lo que está sucediendo en los ecosistemas de la Tierra. Las estructuras sobre las que sentó sus bases la economía actual ya no pueden soportar el peso y se derrumban ante la mirada atónita de los miles de millones de personas que nos encontraremos, mas pronto que tarde, ante el desafío de gestar nuevos sistemas sociales, basados en paradigmas hasta hoy desechados, ocultados y censurados.


El peligro mayor reside en la posibilidad de entrar, si no estamos preparados, en un estado de histeria colectiva, que impida o dificulte actuar a quienes podrían encausar este gigantesco desafío que afronta la humanidad en su conjunto.

Todo se sacude, sobre la tierra y bajo ella, como si un tamiz de proporciones planetarias, intentara separar la paja del trigo, eligiendo de alguna manera por el momento desconocida para nosotros, lo que quedará en pie para iniciar esta nueva etapa.

Los tiempos del Universo, de los planetas, no son los mismos que los de los humanos. Y es por eso que, para no sentirnos tan pequeños e insignificantes, solemos caer en la tentación de pensar que algo importante a nivel global debería suceder durante el transcurso de nuestras vidas. Lamentablemente hay una posibilidad en miles de millones de que eso suceda. Naturalmente podrían darse 100 mil grandes cambios en nuestras sociedades, antes de darse uno en el planeta.



 
25/11/2011

Llega el final de una Era dominada por el Ego

Las estructuras sociales tal como las conocemos, como las hemos conocido y vivido desde que nacimos, están tambaleando, se resquebrajan a pasos acelerados. Paradójicamente es muy similar lo que está sucediendo en los ecosistemas de la Tierra. Las estructuras sobre las que sentó sus bases la economía actual ya no pueden soportar el peso y se derrumban ante la mirada atónita de los miles de millones de personas que nos encontraremos, mas pronto que tarde, ante el desafío de gestar nuevos sistemas sociales, basados en paradigmas hasta hoy desechados, ocultados y censurados.

El peligro mayor reside en la posibilidad de entrar, si no estamos preparados, en un estado de histeria colectiva, que impida o dificulte actuar a quienes podrían encausar este gigantesco desafío que afronta la humanidad en su conjunto.
Todo se sacude, sobre la tierra y bajo ella, como si un tamiz de proporciones planetarias, intentara separar la paja del trigo, eligiendo de alguna manera por el momento desconocida para nosotros, lo que quedará en pie para iniciar esta nueva etapa.
Los tiempos del Universo, de los planetas, no son los mismos que los de los humanos. Y es por eso que, para no sentirnos tan pequeños e insignificantes, solemos caer en la tentación de pensar que algo importante a nivel global debería suceder durante el transcurso de nuestras vidas. Lamentablemente hay una posibilidad en miles de millones de que eso suceda. Naturalmente podrían darse 100 mil grandes cambios en nuestras sociedades, antes de darse uno en el planeta.
Sin embargo, en esta etapa de la humanidad, en la que nuestro desarrollo tecnológico ha tenido un crecimiento tan meteórico y de proporciones tan enormes, esto se ha modificado. Hemos creado nuestro propio evento climático de escala planetaria. Hemos acelerado por miles la velocidad a la que el ecosistema global se mueve naturalmente y ello está provocando un sin fin de efectos que para nosotros mismos serán muy negativos.
No le hemos dado tiempo a la mayoría de las especies a adaptarse, por lo que estamos viviendo una extinción masiva que está alterando todas las cadenas tróficas, incluso, por supuesto, la nuestra.
Este nivel de desarrollo tecnológico en si, no debería habernos causado problemas. Sino que ha sido su uso indebido, irresponsable y egoísta, el que lo ha hecho.
Ese gigantesco Ego es el que nos ha llevado a intentar dominar a la naturaleza en lugar de sentirnos parte de ella, de cuidarla y valorarla como quien nos ha dado la vida y todo lo que nos rodea. Ese gigantesco y maldito Ego es lo primero que debe desaparecer, para que un mundo mejor comience a gestarse adentro nuestro y seamos así capaces de articular mejores sociedades, justas, solidarias, que convivan en armonía con las demás especies que viven en esta tan hermosa casa que nos ha tocado habitar.www.ecoportal.net
Ricardo Natalichio - Director EcoPortal.net
Editorial Ambiente y Sociedad N° 502

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Sin embargo, en esta etapa de la humanidad, en la que nuestro desarrollo tecnológico ha tenido un crecimiento tan meteórico y de proporciones tan enormes, esto se ha modificado. Hemos creado nuestro propio evento climático de escala planetaria. Hemos acelerado por miles la velocidad a la que el ecosistema global se mueve naturalmente y ello está provocando un sin fin de efectos que para nosotros mismos serán muy negativos.

No le hemos dado tiempo a la mayoría de las especies a adaptarse, por lo que estamos viviendo una extinción masiva que está alterando todas las cadenas tróficas, incluso, por supuesto, la nuestra.

Este nivel de desarrollo tecnológico en si, no debería habernos causado problemas. Sino que ha sido su uso indebido, irresponsable y egoísta, el que lo ha hecho.

Ese gigantesco Ego es el que nos ha llevado a intentar dominar a la naturaleza en lugar de sentirnos parte de ella, de cuidarla y valorarla como quien nos ha dado la vida y todo lo que nos rodea. Ese gigantesco y maldito Ego es lo primero que debe desaparecer, para que un mundo mejor comience a gestarse adentro nuestro y seamos así capaces de articular mejores sociedades, justas, solidarias, que convivan en armonía con las demás especies que viven en esta tan hermosa casa que nos ha tocado habitar. www.ecoportal.net

Ricardo Natalichio - Director EcoPortal.net

Editorial Ambiente y Sociedad N° 502Las estructuras sociales tal como las conocemos, como las hemos conocido y vivido desde que nacimos, están tambaleando, se resquebrajan a pasos acelerados. Paradójicamente es muy similar lo que está sucediendo en los ecosistemas de la Tierra. Las estructuras sobre las que sentó sus bases la economía actual ya no pueden soportar el peso y se derrumban ante la mirada atónita de los miles de millones de personas que nos encontraremos, mas pronto que tarde, ante el desafío de gestar nuevos sistemas sociales, basados en paradigmas hasta hoy desechados, ocultados y censurados.


El peligro mayor reside en la posibilidad de entrar, si no estamos preparados, en un estado de histeria colectiva, que impida o dificulte actuar a quienes podrían encausar este gigantesco desafío que afronta la humanidad en su conjunto.

Todo se sacude, sobre la tierra y bajo ella, como si un tamiz de proporciones planetarias, intentara separar la paja del trigo, eligiendo de alguna manera por el momento desconocida para nosotros, lo que quedará en pie para iniciar esta nueva etapa.

Los tiempos del Universo, de los planetas, no son los mismos que los de los humanos. Y es por eso que, para no sentirnos tan pequeños e insignificantes, solemos caer en la tentación de pensar que algo importante a nivel global debería suceder durante el transcurso de nuestras vidas. Lamentablemente hay una posibilidad en miles de millones de que eso suceda. Naturalmente podrían darse 100 mil grandes cambios en nuestras sociedades, antes de darse uno en el planeta.







Sin embargo, en esta etapa de la humanidad, en la que nuestro desarrollo tecnológico ha tenido un crecimiento tan meteórico y de proporciones tan enormes, esto se ha modificado. Hemos creado nuestro propio evento climático de escala planetaria. Hemos acelerado por miles la velocidad a la que el ecosistema global se mueve naturalmente y ello está provocando un sin fin de efectos que para nosotros mismos serán muy negativos.

No le hemos dado tiempo a la mayoría de las especies a adaptarse, por lo que estamos viviendo una extinción masiva que está alterando todas las cadenas tróficas, incluso, por supuesto, la nuestra.

Este nivel de desarrollo tecnológico en si, no debería habernos causado problemas. Sino que ha sido su uso indebido, irresponsable y egoísta, el que lo ha hecho.

Ese gigantesco Ego es el que nos ha llevado a intentar dominar a la naturaleza en lugar de sentirnos parte de ella, de cuidarla y valorarla como quien nos ha dado la vida y todo lo que nos rodea. Ese gigantesco y maldito Ego es lo primero que debe desaparecer, para que un mundo mejor comience a gestarse adentro nuestro y seamos así capaces de articular mejores sociedades, justas, solidarias, que convivan en armonía con las demás especies que viven en esta tan hermosa casa que nos ha tocado habitar. www.ecoportal.net

Ricardo Natalichio - Director EcoPortal.net

Editorial Ambiente y Sociedad N° 502