Y lo que nos muestra es un hecho:
Más allá del Gran Agua, del Atl de los Nahuas, cruzando el Océano Atlántico, 3000 años antes, quizá posterior a la Atlántida de Platón, más allá de los montes Atlas, donde también navegaban sobre juncos, Querida Kukulcán, ya eras conocida.
Tu que sales radiante desde las aguas del lago Atitlán para surcar los Cielos de la Tierra bendiciendo con el Amanecer del nuevo Eón de 26000 años, estás emergiendo en la Historia desde tus anales.
Quetzalcoatl de los Nahuas, Kukulcán de los Maya ya estabas presente en el ideario místico egipcio, rodeada tu cabeza de estrellas y con el Ankh, signo de la vida bajo tu cuello, algunos milenios antes de tu aparición como dios de América Nativa.
¡Alegría Hermanos, que esta Humanidad está Bendita!
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