¿y esto?...
No soy simpatizante de las visiones ni las
apariciones. Aunque soy un creyente, no tengo gran aprecio a las extrañezas,
tan de moda hoy con la ensalada ¨new age.
He visto algunos ¨ovnis¨, situación usual en nuestra
zona y fueron eventos raros en mi memoria, curiosos, distintos cada uno, pero,
tampoco fueron tantos... ni relevantes a mi existencia, ni de ellos surgieron
cosas que hacer. Recuerdo tres veces, tres instancias, viendo siempre cosas diferentes
y sin enseñanza subyacente.
No soy simpatizante de las extrañezas, sin embargo a
la misma vez, estoy acostumbrado por completo a ellas. La extrañeza de que con
nuestro ¨sueño despierto¨ peinamos el tiempo que nos toca transitar por
ejemplo, o el mundo chico que he constatado tantas veces.
Pero esto me pasó, y, no veo otro modo de describirlo
que contar lisa y llanamente lo que me tocó transitar que se volvió fuerza para
desarrollar y entender.
Primero, cuando conocí de la llegada de la Karavana de
las 13 Lunas, fui instruido por ellos como a muchos, en un taller que hicieron
en el Galeano. Allí me sacaron el kin.
Tormenta Cristal.
Eso fue al mediodía. Por la tarde recostado
descansando, vi descendiendo del cielo, en mi mente supongo, pero muy clarito,
casi como si fuera real y afuera, vi señores maya descendiendo lentamente en
espiral, con sus plumas, con formas algo rudimentarias. Claro, eran los sellos.
Después comprendí que eran los sellos descendiendo en espiral desde el cielo.
Bonito, muy colorido.
Yendo por una semana a un taller a Epuyén para aprender
el funcionamiento del Calendario, a fin de sintonizar, y sin mirar de qué se
trataba, apurado, antes de dejar la casa, pegué un mapa afiche de Nat Geo con
la imágen de una ciudad Maya en el dintel interior del comedor. Calzó bien.
Luego partí hacia el taller.
A mi regreso, y para mi sorpresa, la imágen pegada era
precisamente Palenque. Si, exactamente acerca de donde habíamos sido instruídos
durante una semana.
Mundo chico.
A los tres días de mi regreso, una noche templada, con
bastante bicho, se me apareció un personaje vestido de Maya, con plumas grandes
y largas y pisando una variedad de semillas que había en su contexto.
Acá no dejó ningún trozo visible de semilla pisada,
por lo que aclaro esto de ¨su contexto¨, el que, seguramente era capaz de hacer
coincidir con el nuestro, vaya a saber cómo. Me parecía muy real, transpirado de
vida y con un olor de jamás jabón. No trajo copal hasta solo el final del
esfuerzo que me indujo a realizar, bastante a pesar mío, sin descanso.
Me dijo que debía hacer una serpiente a partir de una
secuencia de 13 cuadraditos que me dibujó en la mesa con una tiza que traía
desde su contexto.
Igual, al avanzar con las explicaciones, fue borrando y
reescribiendo y al final, limpió todo de un soplido.
Era bastante prepotente, no daba descanso este Chitam,
hablaba sin detenerse y sonaba como un lunfardo porteño. Nada mexicano si se
quiere.
En ese formato de nativo maya pero con un lenguaje
lunfa y con una piel cubierta de años de transpirar, me explicó el curioso
asunto de los dinteles de las pirámides, revisando el afiche/mapa pegado en el
dintel de mi casa/rancho de la laguna de Salamín. Comparó y señaló cómo ocurrió
que su hermano mayor y regente Chan Bhalum había terminado aceptando por indiscutibles
y sensatas sus recomendaciones encontradas en distantes parajes de Sud América.
Me hizo ver
que era el fin de la era de la serpiente dormida, ¨termina la noche¨, dijo y
¨amanece el vuelo de un nuevo día galáctico, los tiempos de Kukulcán en Vuelo¨,
bendiciendo y peinando la corroída mente humana.
Curiosamente por aquellos días yo me comunicaba
bastante con Juan Skinner, hombre a cargo de la Gestión de Cuenca del lago
Atitlán de Guatemala, desde donde se dice que Kukulcán (Quetzalcoatl azteca)
sale a volar. Cabe agregar que vivimos en un área montañosa de lagos y que me
dedico a estudiar territorios desde la perspectiva de las cuencas lacustres, de
los lagos.
Kukulcán en vuelo - arte Betina Vega
Volviendo a Chitam, personaje que se me aparecía me
habló por noches y noches aprovechándose de mi insomnio. También apareció de
día. En todos los casos mi actitud reflejaba una naturalidad que hoy me
sorprende y hace dudar, no tanto de lo ocurrido, que me sigue resultando
tangible, sino de mi estado mental.
Me explicó acerca de la forma y del color de la
serpiente emplumada en vuelo. Kan Oc Chitam (Semilla Perro Cerdo) me explicó respecto
de la guarda según él Wari que encontró en sudamérica, en los pueblos vecinos a las ruinas de Chavín, curiosa coincidencia que
encontró en el sur, quizá más profunda, silenciosa y simple que la que tocó
conocer a los mismos Maya.
Tan simple, silenciosa y profunda como es el estido de las
mismas piedras de cantidad de ruinas sudamericanas. El arte Maya es rococó y
volátil comparado con la simplicidad, sobriedad y estabilidad Incaica. Quizá el mismo
contraste estilístico que encontramos entre China y Japón respectivamente.
Pisando semillas y hablándome como un tachero porteño,
Chitam me hizo ver el modo en que engarza la guarda sudamericana con la
disposición sinoidal de los cuadraditos.
Me indicó que esa guarda permitía expresar y
distinguir el pisar y el vuelo de la serpiente. El avance horizontal de las
semanas, supone vuelo. El avance vertical supone pié en el suelo.
Me hizo ver las posición central del 7 o resonante
dentro de la hélice (sinoide).
Me hizo entender las relaciones de color, los
triángulos perfectos que así por color relacionan a los momentos de desafío y
de forma.
Me hizo ver que todo desafío tiene dos alas de vuelo y un pié de
suelo, sino se vuelve delirio. Me señaló que toda forma requiere de dos pies en
el suelo y un ala de vuelo, para que teniendo buen apoyo, no deje de tener
fluidez. Me hizo advertir que la fuerza
o energía (presente en el eléctrico o 3,
en el resonante 7 y en el espectral 11) siempre va al centro y siempre como
corresponde a la energía, es ala de vuelo.
Me condujo a dibujar sobre madera. Me indicó vaya a
saber porqué que no debía hacerlo en papel pues era la primer expresión de esta
Kukulcán en vuelo, y que, por cuestiones de ceremonial, debía hacerse de un
modo especial. Y me sugirió que no intentase pintarlo con otra cosa que
acuarela y que lo hiciera con agua de río, preferentemente en costas de un río,
porque de otro modo, siempre me equivocaría en algo y nunca lograría concebirla.
Ciertamente que lo intenté, pero fue en vano, y Chitam tenía razón.
Así, recién el veinte de enero de 2000 pude sentarme
en un río a pintar mi serpiente dibujada sobre una placa de terciado. Entonces
la pinté con acuarela bien cargada, y logré completarla. Era un día muy calmo
recuerdo, y justo cuando la terminé, repentinamente se levantó una intensa
ráfaga de viento que me hizo sujetar la placa de terciado para que no se
volara. Cuando volví sobre la pintura para mejorar detalles me encontré con que
las áreas pintadas y todavía húmedas de acuarela cargada, habían quedado
completamente arenadas. La arena levantada por el viento había golpeado la
placa, penetrando los sitios pintados, dejándole una textura admirable,
contrastante, sobresaliente y distintiva respecto a todo el resto, no arenado.
Ese día, apareció en esa playa de la zeta del río Epuyén donde fuí a pintar Abril Benegas, hija de un querido amigo y compañero de
colegio llamado Jaime, cuya impronta ha quedado marcada en muchos conocidos de la zona por su
fascinante carácter. Esto fue un augurio para mi.
Así fue como completé la Serpiente Emplumada.
Antes de retirarse, pregunté a Chitam ¿de qué se
trataba todo esto? y el me indicó que en su momento oportuno, lo entendería, pero solo hasta donde me fuese conveniente.
Nosotros habíamos aprendido recientemente todo respecto
al conocimiento del sistema del Calendario Maya gracias al Dr. José Arguelles,
interpretado por algunos de sus seguidores como la reencarnación del hijo mayor
de Pacal Votan, regente de Palenque, heredero de la corona, por haber dado a
conocer pública y globalmente el calendario Maya.
Chitam, como hijo menor, no era el heredero y por
tanto se dedicó a viajar hacia el sur para conocer. Así fue como se topó con
estas características de la Serpiente Emplumada en Vuelo.
A su regreso del Sur,
Chitam habló con su hermano y le hizo comprender respecto a la simplicidad y
sensatez de lo encontrado y su significación esencial, por lo que entre ambos,
hicieron un templo ceremonial a la derecha de la pirámide de su padre - pequeña pirámide abajo a derecha del cuadro - ,
colocándole un dintel con las serpientes abiertas, para alcanzar un permiso
ancestral de apertura. Luego, Chan Bhalum, el hijo mayor, hizo su pirámide - la mayor situada a la izuierda del cuadro - colocándole un dintel con las ondas encantadas entreabiertas, y por último,
Chitam hizo una más pequeña - al centro del cuadro - , con las ondas encantadas del dintel completamente
abiertas.
De izquierda a derecha: pirámides de Chan Bhalum, de Kan Oc Chitam y de Destrabe
Pregunté a Chitam respecto a cual era el cambio tan
significativo que tenía que ocurrir y simplemente me hizo ver en el afiche y me
indicó: ale quiero que observes, veas y
me digas ¿por dónde está entrando la gente en este cuadro?
Ciertamente la gente entra desde el templo de Chitam,
lo que suponía a mi cabezota que esta enseñanza era una puerta que faltaba.¿?
Desde entonces he concebido y pintado año tras año la
serpiente, con los cambios pertinentes a cada año.
Progresando ya sin encuentros raros, surgieron las
efemérides para calcular el kin
Efemérides para el cálculo del Kin
y el espejo, donde vemos contenido todo el
conocimiento de la equilibrada distribución los 20 sellos correspondientes a los
dedos de las manos y los pies.
Espejo de Familias - arte Betina Vega
Chitam se fue y nunca más volvió a aparecer. No sé si
volverá de algún modo, no lo puedo saber, pero he aquí su legado.
Segundos antes de partir me hizo ver la última
curiosidad del cuadro de National Geographic.
Hablándome de los abuelos de los abuelos de los Maya
que vinieron del Africa, los olmecas, se subió a una silla y con el dedo
levantó levemente parte del afiche, permitiendo que la luz de la lamparita
tranparentara el papel.
Ves – me dijo. ¨Detrás de nuestros templos recordando
a los abuelos de nuestros abuelos, se esconde el centro de nuestra tradición¨.
Las referencias del afiche: